28.11.09

Noviembre

Y llegó por sorpresa, mientras comía pasta. Le había estado esperando toda la semana liada en una manta y ni siquiera tardó en deshacer la maleta. No le incomodó, ya estaba acostumbrada a los cambios naturales.


17.9.09

Septiembre.


Salgo de la cama, enciendo un petardo,
se escapa otro verano en un furgón blindado,
todos los pájaros estábamos mojados,
todo huele bien.

24.8.09

A sickness that cleverly attaches and multiplies.

Podría describir como a mi me gusta todo aquello que ha volado por mi cabeza estos meses atrás, pero lo dejo para mi; para más información miren la imagen.

17.3.09

Dos horas en el cielo


No era la primera vez que subía a un avión, pero nunca lo había hecho sola. No es que le importara, pero el silencio y la espera en las "international arrivals" le inquietaban un poco; igual por eso le llevó más tiempo de la cuenta encontrar a su compañera de viaje y la estación de trenes del sur.

Dos horas después de preguntas y ruegos estábamos montadas en el convoy que nos llevaría a no sé que pueblo con un nombre similar al de una marca de tabaco. Bajamos casualmente en el andén correcto y tras recogernos nos dirigimos a su casa. Avanzamos por calles aparentemente fantasmas, aunque bien entrada la noche me di cuenta de que todos estaban en un pub llamado La Havana; un local cilíndrico, desgastado, en el que los que parecían ser de tu especie bailaban sin camiseta la gasolina cuales gogó de barra. Un taxi de 8 plazas y 27 unidades monetarias más tarde estábamos cruzando un muelle para pasar a pagar y acabar esuchando drum and bass acompañados de unos 4 mataos más. Otro taxi, esta vez 5 plazas y 27 unidades monetarias más tarde volviamos a su casa, esta vez llena de gente cuyos nombres no recordaba y no conseguía aprenderme, aún así todo fue sobre ruedas.

Después de percibir la claridad, y de recordar el asunto de las persianas fuera de casa, salimos en busca de la gran eme, tras reconfortarnos por ella nos pasamos por un bar algo verde y poco frecuentado. Volvimos a su casa, con un amago de cultirizarnos e inmortalizarnos por el camino; cross, catedral, medio avión, campo de rugby, salas de ensayo... Esa noche sólo derramé una cerveza, no hace falta que entre en detalles.

Habíamos solucionado la luz de la mañana por fin, bajé la escalera para conocer nuevas noticias desde mi casa, no eran malas, ni buenas, pero cuando no estás es cuando ocurren. Hablaban de cocinar en el jardín, hacía sol, no calentaba pero alli estaban todos en manga corta; finalmente acabamos tomando el tren hacia la costa para evitar al Lorenzo y meternos en el abrigo. Ese lugar era diferente al de su casa, era grande y rebosaba de gente; casi no podías caminar y contemplarlo a la vez, pero te envolvía, era diferente a casa. Compramos, comimos, inmortalizamos y pasamos a la playa; llena de piedras, frías y borrachas, entramos en un bar. Alli fuimos del baño a la smoking area buscando algo sin pausa, cuatro horas después abandonamos el local sin nada entre las manos. Hicimos una cola digna de carnicería y después de matar el tiempo sentadas en un escalón subimos la ladera para bajarla enseguida. La vuelta a su casa no fue tan apacible como la ida, pero al dormirme sentí que todo aquello había merecido la pena, pese a que se me había inchado la vena del cuello más que nunca.

Aquel fue el último despertar en su casa, tres horas después de habernos metido en la cama bajábamos la escalera para marcharnos; la dejamos dormida en el sofá, le dimos las gracias y no le dimos motivos para que se preocupase, sabíamos llegar. Al cruzar el umbral de la puerta deseé más que nunca que volviera pronto a casa. La locomotora no tardó en llegar y desde ella vi como el campo se perdía en el horizonte para dar la bienvenida a fábricas del siglo XIV, barrios obreros, centros de negocios donde cada edificio era una obra de arte contemporáneo y al final el túnel que nos llevaría al centro de la ciudad. De paso a nuestro último destino paramos a comer; cosa que no fue muy agradable gracias a la cantidad de ratas voladoras: Husmeaban la mesa contigua, sobrevolaban nuestras cabezas y se posaban en nuestro equipaje. Tomamos la línea amarilla, que los domingos estaba cerrada, casualmente era domingo... Así que una parada en balde después tomamos la línea verde. Un cigarro fue lo que tardó en aparecer, la abracé, le había echado de menos. No dejamos de hablar hasta acabar perdiendo la batalla contra el sueño.

Alli la luz no era tan molesta, nos despertamos para reocorrer en lo que dura un café y una cookie uno de los mercados más polifacéticos del mundo; allí adquirí las ilustraciones que más deseaba del mundo. Un par de discos a mitad de precio y empezamos la carrera hacia el aeropuerto, con el tiempo justo y un post-it de despedida le dijimos hasta luego y se lo agradecimos eternamente; sabía que la volvería a ver en un mes y que las cosas nunca más cambiarían. Todo el vuelo lo pasé durmiendo para evitar el bullicio.

10.2.09

Cómo y cuándo.


Cuando el control que creías tener se escapa de tus manos. Como cuando sin esperarlo una luz te alumbra fuerte en la cara, quedándote con esa expresión, con esa misma.

Ahora mismo podría estar horas odiando, si pudiera saber cómo y cuándo parar.

7.2.09

Pastl land.

Llevo bastante tiempo intentado retomarlo y me es difícil, será porque hemos cambiado y aún nadie ha sido capaz de mover el primer alfil. Tendré que empezar por el principio, todavía no comprendo(no del todo) por qué no recuerdo la mayoría de las cosas y dudo que alguien lo haga con exactidud.
Hubo un tiempo en el que los líquidos y la playa eran nuestros mejores aliados, siempre, viernes tras viernes; íbamos por rachas, cambiando de sitio, pero el fin era siempre el mismo y nunca llegábamos a la monotonía, ni si quiera nos quejábamos. Caminábamos cargando bolsas y empujando carritos de la compra hasta el lugar por el que nos había dado esa temporada, a veces llovía o hacía frío, pero siempre seguíamos ahí los mismos capullos al pie del cañón.
Las noches en si solían transcurrir de una forma peculiar, no hay duda que muchas de las anécdotas como la mujer con pene, las peleas de algunos niñatos y otras figuras públicas, siguen en nuestras mentes. Algunos iban, otros venían y al final de la última temporada acabamos pasándonos pastillas encendidas para prender barbacoas tan solo unos cuantos.
Tras eso hemos pasado muchas más temporadas teniendo siempre presente dichos líquidos, conociendo y olvidando gente, probando nuevas experiencias, visitando otros lugares, llegando algunos a la universidad...
De aquella época de viernes sin freno no hemos pasado radicalmente al actual estado de rutina, en el camino hemos conquistado sitios con sofas, sillas y mesas; hemos frecuentado un bar de playa de forma clandestina, otros han conseguido tractores y algunos ya ni si quiera viven en Málaga. Ha sido como una desaceleración lenta que paulatinamente nos ha convertido, se podría decir que hemos encaminado nuestras vidas y ya no pensamos con el hígado(no es que fueramos alcóholicos, valga la redundancia) pero, después de todo esto me apena haber perdido algunas viejas costumbres. Porque digo yo, tenemos que achacar los daños a lo que todos estamos pensado? o simplemente nos hemos acostumbrado tanto los unos a los otros que hemos perdido las ganas de todo?
No es que estemos peor que antes, pero ya lo dije una vez, las cosas no cambian, cambiamos nosotros.

5.2.09

Nuts and bolts.

Hubiera preferido que mi URL: fuera nutsandbolts.bolgspot.com pero ya está pillada para hablar de tecnología, cosa que tiene más lógica, y yo sobre ese tema ando un poquito verde...
Sobre mis tuercas y mis tornillos no puedo hablar mucho aún, sólo se que a fin de cuentas todo siempre encaja e intentaré que sea de una forma lógica, por lo menos para mi.